Mientras Aitor no se atreva a decirle lo que siente, se tendrá que conformar con darse besos de amigos, con hablar de temas sin importancia y con abrazarla y acariciarla cuando ella se lo pida, pero aunque Cristal se estuviese muriendo de la pena, nunca lo haría, por miedo a su respuesta.

Todos los viernes por la noche los jovenes van a un campo, a sentarse para ver las estrellas, en ese momento, Aitor es realmente feliz, porque comparte unas horas de su vida, con la mujer que lo lleva a soñar, luego mientras los dias pasan, él desea que se de nuevo viernes, para que vuelva a repetirse ese mágico momento. Y es que la magia no es una hada madrina haciendote un vestido para salir de fiesta, es estar con la persona que más quieres en el mundo.

Aitor no se conformó con escribir una carta, cada semana lo hacía y se la enviaba al buzón, Cristal las leía y las guardaba en una cajar roja al fondo del armario, pero no hacía nada ni hablaba con esto a nadie, ni tan si quiera a Aitor.

Las cartas consiguieron que Cristal fuese valiente, que perdiese todos sus miedos, y que se diese cuenta de que algo pasaba en su interior.No se sabe como pero se había enamorado de dos hombres, de Aitor y del admirador secreto.

Ella no lo quería ver, pero en realidad estaba enamorada del mismo hombre.

(escrito por Noelia Guzman)

si alguien quiere participar en la historia, podeis enviarme vuestros textos a lanovelademivida@hotmail.es

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